CAMAGÜEY.-Cuando estaba en el preuniversitario, en Sierra de Cubitas, Ricardito aspiraba a convertirse en trabajador social, pero esa opción no le llegó. Su destino sería seguir la tradición de sus familiares que combatieron junto al Che, Camilo y Fidel. Por eso no lo dudó cuando le propusieron la carrera de Derecho en el perfil de Investigación Operativa en la actual facultad del Ministerio del Interior (Minint) Mario Águila Bernal.
“Conté con muy buenos profesores, expertos en el trabajo operativo y en el enfrentamiento directo a los planes del enemigo contra Cuba. Me aportó mucho, después de graduado, atender las universidades porque conocí elementos de la actividad subversiva enemiga que se gesta desde los Estados Unidos contra Cuba, principalmente dirigida a los jóvenes, y cómo enfrentarla”, dijo el Capitán Ricardo Fuentes Ochoa, hoy primer instructor de la Unión de Jóvenes Comunistas del Ministerio del Interior en Camagüey.
“Además del trabajo operativo, llevaba responsabilidades en mi Comité de Base y después en el comité UJC del órgano. Esto me sirve de mucho para la responsabilidad que tengo desde hace más de un año.
“El Minint, igual que las Fuerzas Armadas Revolucionarias, cuenta con jóvenes comprometidos, consagrados en cada trinchera, al lado de nuestro pueblo, manteniendo el orden interior y la tranquilidad ciudadana que son de las principales conquistas de la Revolución, sobre todo cuando se intensifica la agresión contra Cuba”.
—Tú que enfrentaste, algunos de los planes del enemigo para derrocar a la Revolución cubana, ¿cómo hacerle llegar ese mensaje al joven cubano?
—Hay que beber de la historia y tener percepción del riesgo, de que existe un enemigo a 90 millas y no solo el que está allá, sino el que reside aquí, lo que vemos a diario como un simple hecho se convierte en una campaña mediática de descrédito al país. La contrarrevolución se mantiene pendiente del más mínimo detalle para aprovecharlo a su favor. Tanto es así que, aún cuando el país enfrenta una pandemia como la COVID-19, se recrudece el bloqueo y las medidas buscan cada vez asfixiarnos más. El mejor antídoto radica en la conciencia de que existe un enemigo que nos desprecia y quiere destruirnos.
—¿Cómo funciona la UJC dentro del Minint?
—Somos la misma organización, desarrollamos reuniones ordinarias y extraordinarias, hacemos procesos de crecimiento, actividades en el hogar de niños sin amparo familiar, en el Hospital Pediátrico, proyectos dedicados a la producción de alimentos. Tenemos una gran responsabilidad con la formación de nuestras fuerzas, y también de los cadetes, de preparar a los dirigentes, es esencial para que todo lo demás funcione.
—Eres delegado al XI Congreso de la UJC, ¿qué esperas de esta cita?
—Yo antes, desde mi municipio, cuando veía estos procesos decía: mira los jóvenes que van al Congreso; pero pensar que estaré en uno, con la dirección histórica de la revolución escuchándonos, es algo grande. Tengo el privilegio de representar a la juventud de Camagüey y del Minint, sobre todo porque sé que hay cientos de jóvenes valiosos que pudieran estar, por lo que trataré de hacerlo a la altura de esos significados. Ya estamos haciendo nuestro Congreso, aportando lo que nos toca en el actual momento.
Pero este capitán no ha dejado de ser joven. Se levanta temprano, practica ejercicio dos veces al día, cuela el café matutino en su casa, luego se pone el uniforme y parte a cumplir con el deber, muchas veces sin horas de regreso. Además, busca un espacio en la agenda para sus padres, su esposa, también oficial del Minint y uno de sus apoyos, la construcción de su casa y la autopreparación, quizá por eso Ricardito se ha hecho especialista en el arte de robarle tiempo al tiempo.