Foto: Cortesía de la entrevistadaFLORIDA, CAMAGÜEY- La joven Leslie García Ramos jamás pensó que el contacto más deseado podría ponerla de cara a la COVID-19 . Su padre, madre y hermana menor resultaron, por ese orden, los tres primeros casos positivos a esta pandemia en Florida, situación que la obligó a aislarse.

“Resultó muy difícil, y muy tenso, porque no es nada fácil tener a mis padres y hermana padeciendo una enfermedad infectocontagiosa tan peligrosa, es algo muy duro para mí”.

Pero la medida resultó y Leslie no contrajo la enfermedad. Difícil será olvidar el peligro y la preocupación que compartió en la escuela mixta Máximo Gómez Báez de Camagüey, junto a sus vecinos del Consejo Popular Argentina.

“Era un ambiente preocupante, porque todos estábamos ansiosos por los resultados y por los demás que teníamos lejos, sanos o enfermos. La atención fue excelente, los médicos nos visitaban en los horarios requeridos para tomarnos los signos vitales y había siempre una guardia por cualquier necesidad que se presentara”.

Hoy, la preocupación no cesa para ella. Su familia se mantiene ingresada y ella encuentra consuelo por la comunicación vía telefónica, “hablamos tres y cuatro veces al día, me mantengo al corriente de la su atención médica, de los medicamentos que reciben. Pronto a papá le darán el alta y a mamá le repetirán el PCR pronto y tengo fe en que de negativo”.

Leslie estudia el tercer año de Medicina y aprecia la profesionalidad y entrega de sus futuros colegas, consciente del desvelo de ese personal y del peligro de esa enfermedad valora más que nuca la aplicación de las medidas sanitarias “hay que usar el nasobuco, cuidar el lavado de manos, no salir de casa... esta enfermedad puede empezar desde un dolor de cabeza.. mejor quedarse en el hogar y leer, hacer algo en familia, cosa que yo no puedo ahora mismo, es mejor cumplir con todas las orientaciones. Están pensadas para salvarnos”.

A sus 20 años tiene clara la lección: ante el COVID-19, mejor aislarse del peligro que de la vida.