Ahora jubilado, Isnel recupera parte de su tiempo con la familia mientras se dedica a trabajar como presidente de una delegación con mas de 60 compañeros de la Asociación de Combatientes, espacio donde, por supuesto, sigue siendo educador. Foto: Alejandro Rodríguez Leiva/ AdelanteAhora jubilado, Isnel recupera parte de su tiempo con la familia mientras se dedica a trabajar como presidente de una delegación con mas de 60 compañeros de la Asociación de Combatientes, espacio donde, por supuesto, sigue siendo educador. Foto: Alejandro Rodríguez Leiva/ AdelanteCAMAGÜEY.- “Los dirigentes no se forman solos, por inspiración. Hoy es necesario buscar fórmulas prácticas para lograr que esto se perfeccione, porque no solo el nivel te da la autoridad ante los subordinados. La autoridad te la da la capacidad que tú demuestres y la actitud que tengas, y lo principal, la importancia que demos a los vínculos con la comunidad en la base. Pero esto también atañe a las nuevas generaciones. Hoy la juventud se desenvuelve en un medio diferente, con condiciones que no tuvimos en nuestra formación, como ir al trabajo voluntario, la escuela al campo y otras tareas de choque. Esas tareas de formación necesitan recuperarse atemperadas a estos tiempos”.

Isnel Pérez Cepero es un maestro de raíz. De hablar pausado y de memoria exacta y sin pinturas. Su tránsito por el sector de la Educación en la provincia, y en especial en el municipio de Camagüey, marcó fecundas etapas hoy visibles en la formación de numerosos profesionales, y aun funcionarios gubernamentales y partidistas de las que fue mentor.

Cuando en nuestro reciente intercambio en la cómoda sala de su vivienda, en el ventilado reparto Garrido, al hojear páginas de su vida, no dejó de aflorar su origen tamarindero y campesino. Confieso que todavía recuerdo a Tamarindo como un pueblo de cowboys. Construcciones de madera, amplios portales, corrales y un terraplén polvoriento arrimado al arranque sureste de la Sierra de Jatibonico, por eso cuando Isnel me dice que es de Tamarindo, por el municipio de Florencia, recordé imágenes de donde hace mucho no he regresado.

Para la charla no tuve agenda preparada. Detesto las entrevistas protocolares de preguntas y respuestas tan exactas como preconcebidas para la historia. Prefiero el libre albedrío del interlocutor, donde seguro se siente más a gusto. Este fue el caso del encuentro con Isnel, que de entrada ya estaba narrando cómo transitó desde Tamarindo a Camagüey cuando en los inicios nada hacía suponer su presencia por mas de 50 años en el sector de la Educación.

“En realidad quería ser agrónomo. Imagínate, soy campesino de nacimiento, pero primero tenía que ser maestro agrícola, por eso para el año 60 luego de las escuelas rurales ingresé en la Escuela Provincial de Agricultura. No tenía otra cosa en mente como no fuera regresar a la tierra. Pero me tocaron años decisivos para el país y, por supuesto, para la juventud. Hubo un llamado de Fidel para cubrir aulas en las zonas montañosas del país. No lo pensé dos veces y fui a dar a la Sierra Maestra; luego a Isla de Pinos, donde hice la Campaña de Alfabetización; luego a Moa; después a Santa Catalina de Sagüa y con 20 años era director municipal de San Luis, en el Tercer Frente. Desde entonces soy maestro”.

Con la vorágine de aquellos años irrepetibles el joven maestro fue enviado a la ciudad de Camagüey asumiendo en 1969 la subdirección provincial de Educación, la de vicedirector provincial. Isnel tenía entonces 24 años. En 1976 fue elegido delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular por Camagüey, ocupando en ese espacio de tiempo varias responsabilidades gubernamentales, como la presidencia del Gobierno en el municipio.

“He tenido muchos momentos personales difíciles. Decidirme por el magisterio fue uno de ellos. Ir a trabajar a la Sierra Maestra sin ninguna experiencia. Ocupar puestos de dirección en plena juventud; sin embargo, entre las tareas más complejas que me hna tocado fue ser presidente en del Gobierno en Camagüey. Esa es otra historia, porque lo hice en un momento en que por decisiones de Gobierno sustituyeron a un grupo de compañeros que trabajaban a mi lado.

“Entre los años ‘88 y ‘92 se me encargó la dirección de los preuniversitarios en el campo, donde se presentaron algunos problemas organizativos. Imagínate. Teníamos entonces 19 centros docentes y miles de estudiantes en un inmenso programa de las Escuelas en el Campo. Al cabo se logró estabilizar la situación con resultados positivos”.

Isnel alternó la pedagogía de las aulas con nuevas funciones dentro de la subdirección provincial de Educación, la secretaría del Consejo de la Administración Municipal, la dirección de una empresa de la Industria Ligera, la vicepresidencia del Gobierno en la provincia para atender en el Consejo de la Administración todo el sistema de la Economía. ”Allí estuve por cinco años, hasta que por petición del Mined fui enviado a Venezuela como asesor económico, y de regreso retomé la subdirección provincial de Educación, tarea en la cual me jubilé con 65 años.

 La experiencia como maestro y la enseñanza recibida de quienes le sirvieron de ejemplo, permitió al joven maestro dedicar más de medio siglo a la formación de ciudadanos útiles al país. La experiencia como maestro y la enseñanza recibida de quienes le sirvieron de ejemplo, permitió al joven maestro dedicar más de medio siglo a la formación de ciudadanos útiles al país.“En todos estos años mi divisa ha sido la voluntariedad, o sea, ante el llamado de Fidel en el año 60 di el paso al frente. Posteriormente todos los restantes movimientos se debieron a decisiones del Partido y el Gobierno. Aprendí mucho de los que más saben y nunca rechacé una ayuda o un consejo y considero que he estado en función de estar donde me necesiten, trabajando con la mayor dedicación y la mayor capacidad puesta en función de lo que hago. Recuerdo como una etapa de mucha tensión las tareas en torno al Primer Congreso de Educación y Cultura en la provincia, evento que presidí y fue muy complicado por los temas y las discusiones que se sucedieron. Tengo mucho amor para el trabajo realizado para el Estudio Genético en la provincia a fin de atender a los incapacitados físicos. Tema muy sensible.

“Me preguntas por la atención a la familia en todos aquellos años. Bueno, ese es otro tema, pero en lo básico la atención a la familia hay que combinarla. Tengo cuatro hijos, buenos trabajadores y profesionales. Estuve casado tres veces, lo que significa que no siempre se le pudo prestar atención a la familia como se quería. En aquellos años nos íbamos de madrugada y retornábamos tarde... las cosas así no funcionan si no hay comprensión. Mi satisfacción es el resultado del trabajo. El sentirme maestro dondequiera que estuviera, en haber trabajado y conocido magníficos compañeros a los cuales respeto, entre ellos a Luis Esteban Peña, ya fallecido; a Alberto Salas, quien fue Director Provincial y dirigió la Educación en Sierra de Cubitas, y en el Gobierno a Juan Antonio Bravo Méndez, primer presidente de la Asamblea Provincial y magnífico compañero, de quien recibí orientaciones que contribuyeron mucho a mi trabajo de dirección”.