CAMAGÜEY.- El turismo, o la industria sin chimeneas, como también se le llama, constituye hoy una de las actividades económicas y culturales más importantes de un país. Quizás por eso, dicho Ministerio se propuso en el 2009 un proyecto para estudiar la evolución histórica de la hotelería y el turismo en Cuba, con representantes en todas las provincias del territorio nacional.

Para conocer sobre esas exploraciones en tierras camagüeyanas, Adelante Digital conversó con Idanis Pedroso Borrero e Isván Cano Hidalgo, investigadores de la Comisión territorial de historia del turismo en la provincia: “Nuestro estudio toma como piedra angular el año 1800, con el traslado a Puerto Príncipe de la Real Audiencia, que hasta ese momento había radicado en Santo Domingo”, apuntó la también coordinadora de la comisión.

Según narraron, la instalación en la Villa de ese alto órgano judicial trajo consigo un aumento en el flujo de viajeros, en particular abogados, juristas, notarios, fiscales, jóvenes recién graduados de leyes y otros profesionales del gremio, lo que generó la proliferación de negocios familiares de hospedaje, como posadas y casa de alquiler, tanto en la ciudad capital como en sus alrededores, y el aumento de pequeños negocios como fondas y posadas.

Sin embargo, fue la llegada del ferrocarril central a principios del siglo XX lo que desencadenó la apertura de hoteles en sus alrededores, como el Plaza, el Europa y el antiguo Hotel Camagüey, el más importante y lujoso de la época, ubicado en el antiguo Cuartel de Caballería y actual Museo Provincial Ignacio Agramonte, uno de los más completos del país con la segunda colección de pintura cubana más importante, después de la del Museo Nacional de Bellas Artes.

Comentan los investigadores que con el triunfo de la Revolución se fomenta una política de desarrollar el turismo nacional y se crea el departamento de Playas para el pueblo, y no es hasta principios de la década de 1980 que llegan los primeros grupos de turismo internacional, fundamentalmente procedentes de Canadá, que se hospedan en el hotel Mayanabo inaugurado en la playa Santa Lucía el 26 de julio de 1977.

En la provincia fue el de Nuevitas (1967), actualmente Islazul Caonaba, el primero construido por la Revolución para alojar a los colaboradores del campo socialista que trabajaban en el desarrollo industrial del municipio, y en la ciudad el actual Camagüey (1976), que recibió como sus primeros huéspedes a los delegados del IV Pleno Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba.

Destacaron los investigadores el pronto desarrollo de la antigua provincia de Camagüey en la construcción de los pedraplenes, aunque más rústicos y sin las exigencias actuales. El primero comenzó a construirse en julio de 1961 en Turiguanó, y se unió a Morón (en ese entonces perteneciente a Camagüey), en marzo de 1962.

Le siguió un terraplén rústico por mar de San Jacinto a Sabinal, en Nuevitas, que comenzó a finales de 1972 y concluyó en los primeros meses de 1975.

Como dato curioso se refirieron a una agencia de viajes. Resulta que el hotel Plaza era propiedad del húngaro de origen judío Ignacio Grossman, apellido que aparecía con mucha frecuencia en los medios de prensa durante la primera mitad del siglo XX. Al fallecer este propietario, uno de sus hijos, Samuel, continúa operando el hotel.

Allí funda la que probablemente haya sido la primera agencia de viajes de Camagüey: la Agencia de Viajes Grossman, que vendía pasajes nacionales y a otras partes del mundo en diferentes medios de transporte de la época.