CAMAGÜEY.- Es verdad, no son aquellos tiempos de andar armado en las universidades; tampoco son los de atrincherarse en las casas de altos estudios para, gracias a la autonomía universitaria, salvarse la vida como tantas veces tuvieron que hacer Alfredo, Rubén, Rafael; sin embargo, nadie lo duda, esta es la misma FEU de Mella y de José Antonio, sí, es la organización joven más vieja de Cuba que no pierde su esencia y continúa comprometida, igual que lo hicieron ellos hace 95 años, con el futuro de Cuba.
Por estos días de celebraciones, Adelante Digital, grabadora en mano, asaltó las universidades camagüeyanas en busca de la FEU que tenemos y a la que aspiran los muchachos.
Fotos: Orlando Durán Hernández /Adelante
DE TIEMPO JOVEN A JÓVENES DE SU TIEMPO
Todo comenzó hace cuatro años con el proyecto Tiempo Joven, inicialmente no eran tantos los involucrados, los fundadores de la “tarea” fueron los muchachos de Ciencias Sociales, Derecho, Electromecánica y Ciencias Agropecuarias, cada uno con una misión por cumplir, unos hacían actividades con los niños; otros hablaban de leyes y de sistema político; los veterinarios atendían a las mascotas del barrio, mientras los electromecánicos intentaban buscar soluciones factibles a las ollas arroceras y de presión rotas en la comunidad, sin importar que muchas veces era la primera vez que abrían una de este tipo.
No se asombre si alguna vez ha visto a uno de Derecho también arreglar ollas y a un veterinario hablar de la Constitución de la República. Ellos son así de integrales, y lo que en la vida normalmente es una locura, en la FEU llega a ser común.
Con un tremendo impacto en lugares más desfavorecidos este ya dejó de ser un proyecto y desde hace mucho son las acciones de una organización que llevaba la Universidad a las comunidades. Poco les importa que sean los sábados, el día para descansar o estudiar, allí están ellos invadiendo con amor a lo FEU estos espacios de la extensa geografía camagüeyana.
Sitios muy complejos como San Rafael, La Belén y Los Coquitos, del municipio de Camagüey, junto a otros fuera de la cabecera provincial como Vertientes y Najasa, han sentido en “suelo propio” lo alegre de la vida universitaria. “Llegamos e inmediatamente involucramos a todo el mundo: CDR, FMC, núcleo zonal, el delegado, porque son ellos los que conocen qué les hace falta”, explicó Juan Pablo García Blanco, vicepresidente de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz.
“Cuando empezamos fue un choque grande de ambas partes, para nosotros fue difícil, nunca habíamos estado en sitios tan profundos y por tanto fue complicado entender que existían lugares así; para los pobladores también, ellos no sabían a qué íbamos y al principio, como casi siempre pasa, hicieron un poco de rechazo a tener intrusos en su vida, pero eso fue cambiando de ambas partes, porque amor con amor se paga”, agregó el estudiante de cuarto año de Ingeniería Civil.
Casi siempre este tipo de “intervención” en las comunidades concluye con una actividad del talento artístico aficionado. Maraguán, junto a otros, improvisa un escenario y pone a moverse a unos cuantos, esa es la magia de la FEU, la que hace que la gente se sienta alegre, divertida y cubana.
Tampoco se quedan atrás los muchachos de Ciencias Médicas, ellos, que tienen fama de ser los más estudiosos, también abandonan sus libretas los sábados para irse en busca de aquellos lugares alejados a repartir salud, también a lo FEU. Un total de 18 proyectos, incluidos los de las sedes de Nuevitas y Vertientes, suman ya, solo este curso, 3 751 estudiantes, quienes junto a 520 profesores toman, como un buen ejército de batas blancas, algunas de esas comunidades complejas del territorio.
Según Luis Deivis González Rodríguez, presidente la FEU de la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, el objetivo es cambiar la vida de esos poblados, “generalmente coordinamos con el INDER, con Gastronomía y con Comercio y juntos, aunque sea por espacio de unas horas, se les transforma la vida”, afirmó.
Cuando caen es difícil que alguien se “salve”, y si es el “Megaproyecto” allí es cuando es, pues este involucra a todo el mundo, médicos, estomatólogos y tecnólogos. Varias veces han tenido que decirles a los muchachos que ya las guaguas están llenas, que esperen al próximo fin de semana y sale la caravana rumbo, muchas veces, a lo desconocido.
Foto: Cortesía de la FEU de Ciencias MédicasAunque el Mega es el más abarcador, Sonríe con ,de la Facultad de Estomatología, es el más conocido de todos por su persistencia, solo este año han pasado por esos lugares de difícil acceso, donde casi nunca llega un “dentista”, 300 estudiantes y 30 profesores, quienes con un sillón móvil al hombro se van por allí a repartir salud y sonrisas.
Además de estos, los más famosos, la facultad de Tecnologías de la Salud pone al servicio de esos parajes lejanos sus conocimientos y no son pocas las soluciones que han encontrado, también los muchachos se preocupan por el futuro de sus carreras y por eso “Orientación Futuro” y “Voz de la Estomatología” llegan hasta los preuniversitarios para explicarles a los estudiantes de la FEEM qué se estudia en cada una de sus carreras. Ya la palabra proyecto se les va quedando corta, pues no es tal sueño, sino que ya son aportes concretos de una organización que, a pesar del tiempo, no pierde su esencia.
DESPUÉS DE IRMA EL HURACÁN FEU
“Los muchachos de las universidades se han cogido la recuperación para ellos”, dijo alguien en la calle, sin demeritar el aporte de todos los que a pura fuerza levantaron y aún levantan lo que Irma destruyó en una sola noche. Cuando se escriba la historia de estos días de intenso bregar, los estudiantes universitarios tendrán un espacio privilegiado.
“Llegó, llegó la Revolución con ustedes”, esa frase jamás se le olvidará a Ernesto Cruz Peña, estudiante de tercer año de Medicina. “Así nos recibió un abuelo por allá por Brasil cuando fuimos a ayudarles en lo que hiciera falta. Muchas veces, sin techo en sus casas y cuando llegábamos nosotros querían darnos de todo, lo poco que tenían o que les había quedado”, agregó. Por su parte, Luis Deivis recuerda a la señora que tenía un padecimiento que no se había atendido y ellos le hicieron las coordinaciones para trasladarla hasta la cabecera municipal y brindarle los servicios médicos necesarios.
En Los Pilones, por ejemplo, fueron más que médicos y estomatólogos allá botaron basura, pusieron techos y hasta fundieron la tapa de la cisterna del consultorio médico, pues en condiciones de campaña se fueron hasta ese pueblo y estuvieron cinco semanas por donde pasaron todas las facultades.
Por su parte los estudiantes de la Universidad de Camagüey tampoco esperaron mucho para partir a los municipios más afectados por el fenómeno meteorológico, principalmente se acudió a los futuros ingenieros civiles y arquitectos, era lo que hacía falta en ese momento, allí llenaron fichas técnicas, levantaron techos, botaron escombros y aprendieron. Además, recuperaron el círculo infantil de Puerto Piloto, algunos ranchones y los viales, levantaron casas y estudiaron cómo disminuir las vulnerabilidades ante los fuertes vientos y además colaboraron en todo lo que hiciera falta.
Nuestra FEU y la Universidad cubana han estado en todos los momentos que la Patria ha necesitado del concurso de los estudiantes, no podíamos faltar en esta ocasión porque esa es la organización que queremos, una FEU que continúe comprometida con el futuro de Cuba, y es que así es ella, como el vino, mientras más años pasan más fuerte se pone.
Edición de Storify: Malena Alvarez Julín /Adelante