CAMAGÜEY.- Ya se prendió la llama en el pebetero de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 y pese a las extrañas circunstancias el mundo vive el calor de su mayor fiesta deportiva. Desde el jueves pasado habían comenzado torneos como el de softbol y fútbol, cuyo largo calendario obligó a “robarse la arrancada”, pero desde esta madrugada se oficializó el boom general.
Mientras en nuestra provincia se declaraban Casa Olímpica las del entrenador de boxeo Robinson Poll y sus discípulos Julio César La Cruz y Dainier Peró, en la capital japonesa ellos tratan de acostumbrarse a sus nuevas habitaciones. Peró (+91 kilogramos de peso), por ejemplo, trata de no tirarse en la cama como pudiera hacer en su hogar, pues los nipones usaron cartón reciclado para hacerlas: “No son tan frágiles como parecen. Realmente la Villa Olímpica es majestuosa, está todo muy organizado y tiene unas vistas lindísimas”, nos contó por Messenger desde el piso 17 de la sede.
El Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba en Camagüey, Ariel Santana, acompañó a la madre de Julio César La Cruz en la declaración de su Casa Olímpica. Foto:Tomada del perfil en Facebook del Inder Camagüey
El gigante del los Domadores de Cuba comentó con Adelante que “los horarios se cumplen estrictamente. Entrenamos a las ocho de la mañana y a las cuatro de la tarde con excelentes condiciones. Aquí todo está controlado por la tecnología. Nos hacen PCR diariamente y nos toman la temperatura por cámaras, son muy serios con las medidas higiénicas. Estamos en condiciones extrañas, pero nos mantenemos relajados y enfocados en nuestros objetivos”.
Su compañero, el capitán La Cruz es el encargado de levantar los ánimos y la unidad del equipo de púgiles. Camino a los entrenamientos enciende su bocina y rompe el silencio con Me dicen Cuba, de Alexander Abreu y Havana de Primera. “Estamos dando los últimos toques a la preparación y todos se sienten muy bien, listos para lograr las medallas que el pueblo espera. Yo me he adaptado al nuevo peso (91 kilogramos) y voy a subir al ring a hacer el boxeo que me caracteriza, aunque hemos preparado planes tácticos para cada rival que pueda enfrentar”, nos escribió.
Foto: Roberto Morejón/JIT
Las imágenes de aparente soledad y enclaustramiento que publican los medios internacionales acreditados contrastan con el espíritu de los atletas camagüeyanos. Algunos de los que integraban el último grupo que arribó a Tokio, como la saltadora Davisleydi Velazco se hallaban desesperados por entrar en la burbuja para experimentar por primera vez el sentimiento de estar bajo los cinco aros. Las contradicciones que se experimentaron entre el comité organizador, el gobierno y el pueblo japonés por la pertinencia o no de celebrar los juegos, también se percibe en las calles de aquella capital, en la que, según algunos colegas, no se encuentra una propaganda sobre la cita.
Probablemente este empeño no deje ganancias económicas en la tierra del sol naciente y los locales celebren a regañadientes el éxito de sus competidores, pero en Cuba ya las madrugadas no son tan silenciosas y pronto explotarán con la fiesta de las finales y las notas del Himno Nacional.