El Gobierno cubano adopta nuevas medidas para reforzar el enfrentamiento a la COVID-19 en el territorio nacional. Este viernes en la Mesa Redonda, el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el primer ministro, Manuel Marrero Cruz y otras autoridades informan en detalle las disposiciones que deberán cumplir los organismos e instituciones del Estado y la población en general.

El presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez comenzó su intervención en la Mesa Redonda refiriéndose a la situación global, que constituye “un desafío inédito, marcado por una pandemia que no se ha podido contener”.

“Hay miles de contagios y miles de muertes, hay pánico, se cierran países y ciudades enteras; se hunde la actividad económica, se cancelan conciertos. Es una situación de crisis sanitaria, económica y laboral”, dijo.

Afirmó que en medio de tantas malas noticias, llegan otras positivas como la búsqueda de una vacuna y el agradecimiento al personal sanitario que cotidianamente pone en riesgo sus vidas para salvar las de otros.

La propia situación global, continuó Díaz–Canel, está dando “señales y alertas que hemos estudiado” y sobre las cuales se basan las “propuestas y acciones que vamos a implementar”.

Señaló que los pacientes asintomáticos tienen alta incidencia en los contagios, pues pueden estar transmitiendo la enfermedad sin ser detectados. “Muchos cuestionan por qué no se detectan los enfermos con la COVID-19 en el aeropuerto, y es precisamente por esta causa”.

De acuerdo con las estadísticas mundiales, dos de cada tres contagios son por personas que no presentaban síntomas. “El número real de contagios es mayor que lo que dicen las cifras oficiales, porque muchas personas no son conscientes de tener el virus y lo transmiten sin saberlo”, apuntó el presidente cubano, y recordó que, según estudios, el número de casos detectados es entre seis y diez veces mayor que los números reales.

La situación global nos da otra alerta, “el repentino aumento de pacientes con gravedad que necesitan cuidados intensivos pone en un tiempo muy breve una carga muy intensa sobre los sistemas de salud y provoca su colapso”.

“Enfrentar la epidemia desde nuestras fortalezas y atendiendo a nuestras debilidades”

En el caso de Cuba, se planteó una sola opción, “enfrentar la epidemia desde nuestras fortalezas y atendiendo a nuestras debilidades”, dijo el presidente.

Se ha mantenido un análisis en el Buró Político, y también en el Consejo de Ministros. Además, se dio un recorrido con reuniones territoriales, donde se calificó a todo el primer nivel de dirección y, desde ese momento, hay reuniones diarias sobre la situación mundial y del país, en las que se evalúa la implementación de las medidas.

Díaz-Canel aseguró que se han tomado en cuenta las experiencias de los primeros países afectados por la pandemia y de los que presentan una situación más crítica, así como los protocolos internacionales. Sin embargo, “nuestro plan parte de las experiencias de Cuba y sus condiciones. Y sobre esta base se conformó un sistema de acción que tiene como prioridad defender la vida humana”.

LAS NUEVAS MEDIDAS APUNTAN AL INCREMENTO DE LA SEVERIDAD EN EL CONTROL

El presidente explicó que en Cuba se ha trabajado por etapas, y en correspondencia con ellas se ha actuado.

Estas etapas son:

“Las medidas que vamos a aplicar son de otras etapas que serán agilizadas para trabajar con mejor eficiencia y adelantarnos a sucesos que pueden ser más complejos”, precisó Díaz-Canel.

“Iniciamos la fase uno, por lo que se preparó todo el sistema de enfrentamiento y de inmediato se inició el pesquisaje para la detección de la enfermedad. Los 21 casos que tenemos en el país, en la manera en que se han detectado, han demostrado que el sistema ha funcionado”, dijo el presidente de la República.

De acuerdo con el mandatario, las nuevas medidas que se anuncian este viernes apuntan al incremento de la severidad en el control para evitar y atenuar la transmisión en el país, y preservar a la población.

“No se descartan otras más severas en las próximas horas o días, en dependencia de la evolución de la epidemia en el mundo y en Cuba”.

“Como Estado y Gobierno, tenemos la responsabilidad de proteger las vidas humanas”

Díaz-Canel subrayó que la principal afectación en la actualidad en Cuba, con respecto a enfermedades o epidemias, no es la COVID-19, sino otras enfermedades respiratorias que tienen una mayor presencia en la población.

“Como Estado y Gobierno, tenemos la responsabilidad de proteger las vidas humanas y todo el tejido social, enfrentando la situación de una manera integral, con serenidad, realismo y objetividad. No puede haber pánico ni exceso de confianza”, afirmó Díaz-Canel.

También recordó que preservar la salud en un país como Cuba demanda ante todo voluntad política, y esa existe, pero también una actividad económica que la sostenga. “Para tener indicadores de salud como los de este país y enfrentar la situación en la manera en que la estamos enfrentando, también necesitamos un apoyo desde la economía, a tono con sus condiciones”.

En su comparecencia, el mandatario sugirió que personas justamente preocupadas por el comportamiento de esta pandemia, quienes han demandado el aislamiento social o la cuarentena total, “deben considerar que para que la mayor parte de la población y de la sociedad se aísle, hay otra parte que no puede cesar en las actividades que le dan vitalidad al país”.

CUBA REGULARÁ LA ENTRADA DE PERSONAS AL PAÍS, SALVO LOS RESIDENTES

El primer ministro, Manuel Marrero Cruz, afirmó que las medidas aprobadas no parten de una “una decisión apresurada, improvisada, sino que forman parte de un plan que hemos estudiado, y que conocen todos los actores involucrados”.

No se trata de un cierre de las fronteras del país, sino de regular la entrada de personas, salvo los residentes, que incluyen a algunos extranjeros que viven en el territorio nacional de forma permanente o temporal por motivos de trabajo. “Todo el que reside en Cuba no tendrá limitaciones. El resto de las entradas sí serán reguladas”.

Asimismo sucederá con la entrada por vía aérea o vía marítima. Esto quiere decir que las tripulaciones de barcos mercantes, que decidan bajar tendrán que ser sometidos a vigilancia.

Las limitaciones son a personas, el comercio se mantiene. Continuará el arribo de embarcaciones de carga y de aviones. Pero si habrá una limitación de movimiento con la tripulación, deberán estar concentrados en lugares con vigilancia médica. Tenemos que mantener viva la economía, afirmó.