CAMAGÜEY.- La noticia llegó como llegan siempre las cosas buenas: con un estremecimiento suave que se reconoce antes de leerla completa. La artesana Luisa Aurora Morell Cabrera, de 88 años, mereció el Premio Memoria Viva 2025 en la categoría de Personalidad, otorgado por el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello.
Fue la única propuesta enviada de la provincia de Camagüey, un gesto que honra también al territorio donde ha tejido, puntada a puntada, trazo a trazo, un legado de más de seis décadas.
El jurado —integrado por Raymalú Morales Mejías, Caridad Santos Gracia y Rafael Lara González— eligió su candidatura entre 68 propuestas de todo el país, reconociendo en ella la autenticidad de un oficio heredado, la fuerza de su impacto comunitario y la vigencia de los saberes que resguarda.
Pero quienes la conocemos sabemos que su historia no cabe solo en las palabras “artesanía popular tradicional”. Luisa Aurora es una mujer que ha atravesado su tiempo con la serenidad de quien crea, enseña y acompaña. Sus obras utilitarias, nacidas del ingenio cotidiano, constituyen la memoria viva de una tradición que ha pasado de generación en generación, en esa línea invisible que une a las abuelas con las hijas y a las hijas con las nietas.
Llegó a Najasa en 1960 como alfabetizadora al barrio Rodolfo Parrado, y desde entonces convirtió cualquier espacio en taller, escuela o refugio creativo. Reunió a campesinas para bordar y coser, pero también para conversar, compartir, reconocerse. La historia cultural del municipio sería otra sin esos encuentros que con el tiempo se volvieron casas grandes: la Casa de la Cultura, el círculo infantil, la escuela, el hogar materno, los proyectos comunitarios que encontraron en ella una promotora natural de las artes y de la esperanza.
Y aun cuando el expediente del premio la presenta desde la artesanía, su vida es mucho más amplia. Es autora de Gente de circo (2001), entre los primeros libros publicados por la Editorial Ácana; creadora de peñas para la tercera edad donde la risa y la evocación se dan la mano; y su biografía incluye su papel como luchadora clandestina, revolucionaria convencida, mujer de decisiones hondas. Todo eso también la sostiene.
Durante más de 60 años, su labor sistemática y participativa ha fortalecido la identidad local, fomentando la creatividad, la autogestión y la circulación del saber popular. Sus talleres han sido punto de encuentro para niños, jóvenes, adultos y abuelos; sus formas de enseñar han nutrido procesos para promotores culturales e instructores de arte; y sus alianzas con instituciones del territorio han acompañado la transformación cultural de espacios públicos y comunitarios.

Su hijo Omar Francisco Carmenates Morell, metodólogo de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Casa de Cultura “Juan Nicolás Guillén Urra” de Najasa es autor de la propuesta “Luisa Aurora: el manantial de las artesanías najasenses” presentada al premio. Escribió en redes: “Noviembre no pasará por alto tampoco, pues la cultura najasense vuelve a ser reconocida en el nombre de una de sus mejores hijas: Luisa Morell Cabrera. (…) Una vez más esta consagrada artista vuelve a posicionar en lo más alto, con la obra de toda su vida, lo mejor de la identidad de su terruño. ¡Felicidades!”
Y sí: Camagüey abraza a una de sus creadoras más queridas. A sus 88 años, Luisa Aurora sigue siendo manantial. De sus manos han salido piezas, sí, pero también caminos. Y este Premio Memoria Viva 2025 desde un municipio confirma que su obra —como ella— es sinónimo de constancia, belleza y raíz.