CAMAGÜEY.- Entre los 44 escaños de Camagüey en el Parlamento, 23 son delegados de circunscripción, tal como establece la Ley No. 131 Ley de organización y funcionamiento de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado de la República de Cuba.

Ellos son: Carlos Andrés Masid Castejón, con 25 años en ese órgano; Francisca Sajes Márquez, Dixamy Rodríguez Gómez, Norquis Mercedes Caballero Rojas, Nelson del Sol Serrallonga, Gastón Idel Martínez Céspedes, Aleisey Carmenates Llanes, Gerardo Alfonso Rubí, Juan Carlos Álvarez Requeiro, Reinier Jaeñez Batista; los además presidentes de consejos populares, Miguel García Fransuá, Teresa de la Caridad Tamayo Guerra, Yurismaikel Sánchez Horta, Rodney René Socarrás Bueno, Ydel Guevara Castellanos, Yoinis Arias Liriano; las también presidentas de Asambleas Municipales del Poder Popular Delfina María Rodríguez Santo, de Esmeralda, Beatriz Rodríguez Fernández, de Florida, Yudith Rojas Peña, de Najasa y Lissette Bouza Cabrera, y la vicepresidenta de esa estructura en Sierra de Cubitas, Miriela Lugo Iglesia.

A propósito de los 45 años de creación de los Órganos Locales del Poder Popular, conversaron con Adelante.cu acerca de sus experiencias e insatisfacciones, de cuánto más debe hacerse para enaltecer y apoyar a esos sostenes de la democracia:

EL DELEGADO, ESLABÓN FUNDAMENTAL DEL PODER POPULAR

El delegado tiene el mandato del pueblo y lo ejerce mediante su actuación y su participación en los diferentes órganos locales del Poder Popular.

Mantenemos un estrecho vínculo con la población, somos los más cercanos a la gente, dominamos sus inquietudes, estado de opinión y sentir, por lo que además de conocer los problemas y gestionar alternativas para las soluciones, ya sea en la demarcación o con la intervención de diferentes organismos, identificamos las potencialidades y los ponemos en función del bienestar colectivo.

Constituimos el enlace entre la comunidad y la Asamblea Municipal del Poder Popular y el consejo de la administración, siendo la base del sistema político cubano y de la democracia del pueblo y para el pueblo, al cual le rendimos cuenta.

Todo ello ha quedado demostrado en estos casi dos años de pandemia en que hemos tenido la responsabilidad de organizar a nivel de nuestros barrios, con el apoyo de los CDR, la FMC, combatientes, núcleo zonales y demás integrantes de los Grupo de Trabajo Comunitario, la realización de pesquisas, la atención a familias vulnerables y casos en aislamiento, el cumplimiento de las medidas higiénico sanitarias en los centros de trabajo enclavados en nuestras circunscripciones.

Desempeñamos un papel fundamental en el proceso de vacunación, conciliando los listados de personas a vacunar por CDR, citándolos e incluso visitando aquellos que se negaron en un primer momento. De igual manera aportamos a la alimentación del personal de Salud vinculado directamente con este proceso así como a la organización y aislamiento de los consultorios.

DEL BARRIO AL PARLAMENTO Y VICEVERSA

Ser delegados de circunscripción nos ha aportado mucho en la labor de diputados, pues tenemos conocimiento desde la base de cuanto sucede y afecta una comunidad, cómo piensan y viven las personas, cómo actúan y prestan servicios las entidades y cómo se tendría que trabajar para resolver o aliviar los problemas. El parlamentario que es delegado de base tiene más elementos de lo que pasa en los barrios.

Ello permite aportar a que cualquier decisión se vote tomando en cuenta las opiniones del pueblo que nos eligió, además de transmitir ideas y experiencias que se tienen en las comunidades.

Es mayor la preparación integral para el intercambio con los electores, que nos permite explicar políticas, exigir porque funciones bien las estructuras del Poder Popular y se cumplan a cabalidad las leyes.

Si ejercer como diputado hubiese sido una profesión que se estudia, sin la experiencia de ser delegado de base o a la Asamblea Provincial, ese cargo no tendría el mismo sentido. Estar apegado al pueblo, conocer sus problemas, atenderlo en ciclones, construir juntos una bodega o un consultorio, distribuir recursos necesarios de forma equitativa, son vivencias que no se tienen desde otras estructuras.

Durante 2020 y 2021, la Asamblea Nacional del Poder Popular desarrolló sus sesiones a través de videoconferencia.Durante 2020 y 2021, la Asamblea Nacional del Poder Popular desarrolló sus sesiones a través de videoconferencia.

S.O.S... LO QUE NOS FRENA

Insuficiente atención y solución por parte de las entidades administrativas a los planteamientos, ya sean del proceso de rendición de cuentas o por despacho, demoras que empañan la confianza y credibilidad en la gestión del delegado.

Poco vínculo de los directivos con la base en la circunscripción donde está el problema.

Escasa comprensión de las administraciones de los centros donde laboran los delegados acerca de la importancia de su rol, por lo cual les imponen limitantes.

Falta de vínculo sistemático entre la Asamblea Municipal y el delegado. Este no puede tener privilegios pero debe ser atendido de forma diferenciada.

Tiempo limitado que tiene el delegado por las múltiples funciones que realiza.

Grupos de Trabajo Comunitario incompletos, en particular las organizaciones de masa.

Los trabajos que realizan los delegados en las comisiones no se toman como fuente de partida para accionar sobre los señalamientos que se les hacen a las administraciones y directivos en busca de mayor eficiencia, ni se aplican medidas con la prontitud requerida.

Necesidad de mayor capacitación a los delegados.

¿Y SI PERDIÉRAMOS LA CONFIANZA DE LA CIUDADANÍA?

Para merecer esa confianza hay que caminar junto al pueblo, ser receptivo, oír a todo el mundo, sentir los problemas de los demás como propios, informarse para dar respuestas que convenzan, no mentir jamás, ecoger los problemas y tramitar sin cansancio su respuesta o solución.

Lo más importante consiste en que todos los que tenemos una responsabilidad con el pueblo la cumplamos bien, con seriedad, apegado a la ley, fortaleciendo el funcionamiento de los Grupos de Trabajo Comunitario, promoviendo la participación de todos, escuchando criterios.

Resulta imprescindible que el delegado sea aquel que realmente represente y defienda los intereses del pueblo, que exija respaldo a su gestión por parte de los diferentes órganos y organismos, mantenga un sistemático y activo vínculo con sus electores para que estos lo identifiquen y vean en el centro de los problemas y los procesos.

El delegado debe ser líder, solidarizarse con el problema ajeno y trabajar de forma conjunta con el grupo de trabajo comunitario, desarrollando acciones por el bien común.

Hay que fundamentar más la importancia del delegado de circunscripción, enaltecer su labor, que se comprenda que no tienen ni dan recursos y su verdadero rol es en función de la unidad y la transformación material y espiritual de las comunidades.

Hubo muchos ejemplos de confianza en nosotros durante la batalla contra la COVID-19, en el respaldo de los electores a las pesquisas de los delegados y sus grupos comunitarios, en la denuncia de las indisciplinas sociales, en el apoyo a las acciones de protección a las personas y familias de mayor vulnerabilidad.

Pensamos que la gente nunca perdería la confianza en el delegado, mucho menos en el Poder Popular, pero si pasara habría que revisar qué hemos dejado de hacer, qué nos ha faltado, y lo que haríamos para rescatarla es aplicar el concepto de Revolución del Comandante en Jefe.