CAMAGÜEY.- Trump y sus patrioteros oportunistas lo saben, por eso mienten y alardean con el daño que les hacen a los “jefes comunistas”, porque las severas restricciones, según esos seres obtusos, no van dirigidas al pueblo cubano que es quien resiste y avanza para defender la Revolución libertaria que ganó con mucha sangre derramada frente a la tiranía de “ese es el hombre: Fulgencio Batista y Zaldívar “… impuesto por los Estados Unidos como ahora quiere Donald moldear con estiércol viejo para Venezuela democrática, a su Juan Guaidó ¿héroe? antipopular.
Cada vez que los obtusos personeros que aconsejan y respaldan la caduca política de los Estados Unidos hacia Cuba, dicen y replican, que las necesidades del país en estos últimos 58 años nada tienen que ver con el bloqueo, que cada administración ha cogido como librito experimental para tratar de acabar con el socialismo en la Isla mayor del Caribe o con toda intención irónica expresan con desfachatez inaudita que el asedio, las presiones para que no entren alimentos, medicinas y recursos para el desarrollo no va dirigido a la familia común cubana, sino a los dirigentes y jefes comunistas, uno se encabrona; sin embargo y errores internos aparte, algunos vendepatrias que reciben migajas de la USAID o aquellos ignorantes que aprecian el valor de la vida solo en metálico, disfrutan las bonanzas, las principales conquistas de este pequeño terruño internacionalista, acosado todos los días por la potencia más poderosa del mundo.
Desde John F. Kennedy hasta la actual época peligrosa de Trump-demencial, ningún presidente se ha decidido a suspender las prohibiciones que perjudican también a terceros países, al extremo de amenazar a los propios “socios” con quitarles el agua y la luz como lo hizo el huracán María, en el neocolonial Puerto Rico, mal administrado y peor atendido por los Estados Unidos donde hace poco más de dos años ofendió a los verdaderos patriotas de la Isla hermana cuando les tiró rollos de papel sanitario como ayuda inmediata y aún una gran parte de la población puertorriqueña carece de electricidad, agua potable, medicamentos y alimentos… y encima las sacudidas de un sismo.
No nos quitan el bloqueo porque conocen que el socialismo cubano no es fanfarria electoral, es bienestar para todos frente a las inhumanas limitaciones impuestas por Trump, sus antecesores… y los fenómenos atmosféricos como el tornado de La Habana… que arrasó en 16 minutos de angustia barriadas populosas de la capital y con el esfuerzo y solidaridad de sus habitantes y la voluntad política de la Revolución con sus dirigentes al frente, en menos de un año de laborioso bregar cambió la vida totalmente para bien de los dannificados con inmuebles y obras sociales más bellas y confortables en medio del intenso hostigamiento imperial.
Solo en Camagüey, una de las provincias cubanas, tras un 2019 de logros productivos esquivando las siniestras zancadillas estadounidenses del asedio a las importaciones, los hidráulicos de la vasta llanura, ejecutaron obras por 54 millones 697 mil 063 pesos, destinados a mejorar la calidad del agua potable, el saneamiento doméstico y nuevas redes de abasto a localidades semi-urbanas y rurales que, con el capitalismo en el poder, nunca serían realidad si no un sueño inalcanzable como sucede en Puerto Rico donde todavía ni siquiera después de más de dos años de indefensa espera han podido restablecer los servicios de eléctricidad y el abasto de agua afectados por el huracán María del 2017 y para colmo de desgracias la destrucción de viviendas por el reciente sismo.
Con resistente ingeniosidad frente al bloqueo solo en Camagüey el pasado calendario se construyeron más de 1 625 inmuebles familiares para damnificados de eventos climatológicos, de ellos, 618 se ofrecieron gratuitamente, subsidiados por el Estado para personas con bajos ingresos, enfermos y jubilados y todos los que se adjudicaron y se continuarán construyendo se entregan con servicios domésticos de agua potable y electricidad.
Aun bajo el asedio para que en Cuba no entre una sola gota de combustible, alimentos ni medicamentos, entre otras formas de tratar de asfixiar a los cubanos de esta Isla, la Empresa Eléctrica solo en Camagüey, electrificó decenas de planes agropecuarios para elevar la producción de alimentos mediante el uso de sistemas de riego, puso en marcha tres parques fotovoltaicos con capacidad potencial para 2, 2 megawatt/hora, participa en el desarrollo de nuevas fuentes renovables de energía, y prioriza, además, la electrificación de nuevas comunidades urbanas y rurales, y el desarrollo turístico de la cayería norte. Ah, en los últimos dos años, sustentada en la conciencia de la población se ahorra electricidad en el horario pico para evitar los molestos apagones.
Y Camagüey, es solo una de las 15 provincias de Cuba, donde la gente unida más que siempre, resiste, encuentra soluciones solidarias todos los días y las comparte para atenuar el criminal bloqueo, pero como dijo el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, hay que convertir las experiencias de resistencia en avance en todos los órdenes posibles de la economía y bienestar social de la nación.
¿Cuánto más haríamos los cubanos si nos quitan el brutal bloqueo? Ellos lo saben tan bien como nosotros.