CAMAGÜEY.- Papá Carlos es el que organiza todo, el que da las órdenes, al que le dan las quejas… por eso le llaman así. Este enfermero con 38 años de experiencia en el hospital psiquiátrico provincial René Vallejo Ortiz está a cargo de la sala del adulto mayor.
Con orgullo cuenta de cómo han curado las úlceras por presión con técnicas casi inventadas por ellos y cómo se rehabilita a los ancianos con fractura de cadera que no se pueden operar: “Ya tengo a tres caminando”.
También destaca que el tomate y la lechuga que comieron el fin de año fue fruto de cosechas de las áreas verdes de su sala, donde ahora crecen plátanos; y reconoce con modestia el trabajo de todo un equipo, de varios especialistas que con su entrega han contribuido entre muchas cosas a que Hilda Jacobo cumpliera allí sus 98, “y alcanzar esa edad en un paciente psiquiátrico no es fácil”.
SALUD MENTAL Y MÁS
Historias como esta se respiran en cada rincón del centro que arribó a sus 49 años de fundado con la premisa de “mejorar la calidad de los servicios en pos de la salud mental y la psiquiatría en Camagüey”. Así lo comentó a Adelante Digital la doctora Ana Josefa Suárez Varona, vicedirectora de Asistencia Médica.
Entre los cinco servicios con que cuenta: corta estadía, urgencias, adicciones, psiquiatría forense (el más reciente) y rehabilitación o larga estadía, destacó este último como el de mayor número de pacientes. “Más de 140 viven en el hospital y de ellos 90 son adultos mayores”.
En función de ellos conviven allí otras especialidades como Estomatología, Rehabilitación Física, Rayos X, Laboratorio… “Se les da una atención integral. Aquí contamos con clínicos, geriatras y cuando necesitamos otras consultas se remiten al hospital correspondiente.
“Nuestro objetivo fundamental es rehabilitar a los pacientes para su reincorporación a la familia y la sociedad. En ese propósito es fundamental la comunicación entre los familiares y el hospital, ese apoyo es muy importante para su mejoría”, destacó Suárez Varona a nuestro paso por la sala de Rehabilitación.
Allí conversamos con Alejandro Agüero Ruiz, diagnosticado con una esquizofrenia paranoide y fundador del hospital. “Soy maestro normalista de primaria pero cometí el error de trabajar solo cinco años y perdí mi jubilación. Aquí me lo suministran todo, lo único que quisiera es un estipendio para comprar mis cigarros, café y algún comestible”.
Aunque está practicando algunos bailes para la gala por el aniversario, dice que se quiere ir porque se aburre, pero que el trato de todo el personal es muy bueno, que los quiere mucho.
SIN SUSTOS POR COVID-19
Entre tantos sustos por la pandemia que hace más de un año ha cambiado la vida del mundo, la institución no ha reportado casos de la enfermedad. “Orgullo y no suerte, sino esfuerzo de extremar las medidas sanitarias, las barreras, el compromiso de no asistir al trabajo con síntomas respiratorios…
“La sala de medicina se dedicó exclusivamente a pacientes con síntomas respiratorios y allí se realizan los kit y se sigue todo el protocolo. Se suspendieron las consultas externas y el hospital de día pero nuestro colectivo se mantiene trabajando casi al 100 %, muy pocas madres se acogieron a la ley”, agregó la Vicedirectora.
Como protección para los pacientes se les suministró a los mayores de 40 años la biomodulina y a los menores de esa edad el factor de transferencia, y a todos se les dio el prevengho-vir. Hoy se está preparando el protocolo para la vacunación con el candidato vacunal Abdala, de tres dosis, al personal de la Salud, que asciende a 543 trabajadores.
DONDE NO FALTA LA CIENCIA
Para que este hospital fuera el primero en el país en acreditar la especialidad de Psiquiatría también tiene que haber hecho mucha ciencia. La jornada de aniversario es siempre un motivo para el intercambio científico, que en esta ocasión dedica la mayor cantidad de trabajos a temas relacionados con el coronavirus.
Según explicó la doctora Katia Pereira Jiménez, jefa del departamento docente, los residentes que han permanecido en Zona Roja presentarán los primeros pasos de un estudio sobre la repercusión biológica y psicológica de la enfermedad y se hablará ya de resultados concretos de otros que se realizan a nivel de país.
Otros temas tratan sobre la depresión, el suicidio, las caídas frecuentes en adultos mayores, la rehabilitación, la ética, el apoyo familiar y la orientación a la familia. Asimismo está prevista una mesa redonda de enfermería sobre el estado emocional de los pacientes cuando se preparan para la vacunación.
“Este intercambio científico es en aras de mejorar los servicios de atención a la población con trastornos mentales y trabajar por la excelencia”, sentenció.
A casi cinco décadas de fundado, la vicedirectora Ana Josefa Suárez Varona, ratificó los compromisos de colaboración en el exterior, en la brigada Henry Reeve, en los centros de aislamiento, en la Zona Roja, así como las proyecciones para elevar el nivel científico del colectivo.
Destacó su quehacer, se entrega, su vocación, pues cuenta todavía entre sus miembros a fundadores y trabajadores con más de 20 y 30 años de experiencia y se enorgullece con las huellas de su primer director, Guillermo Barrientos, y profesores como los doctores Alberto Clavijo, Pedro Hernández y Alejandro Álvarez.
El proyecto del huerto en las áreas de la cocina-comedor comenzó en septiembre del año pasado y los frutos ya se vieron en la mesa: tomate, pepino, acelga, lechuga, ají, cebollino… además de la alimentación forma parte de la rehabilitación de los pacientes, pues ellos ayudan a los encargados en esas labores.