Decisiones. Esa es, tal vez, una palabra bastante común en nuestras conversaciones beisboleras. Sin embargo, en medio de la postemporada de esta 59 Serie Nacional del béisbol cubano, las “decisiones” toman una importancia crucial.
Para el Juego 2, el manager de los Toros, Miguel Borroto, hacía más de 24 horas estaba totalmente convencido de que el talentoso diestro de 21 años, Yosimar Cousín, sería su carta de triunfo en busca del éxito que empatara 1-1 la final frente a los Cocodrilos de Matanzas. Borroto confió, la afición camagüeyana los apoyó de principio a fin en el parque Cándido González y, Cousín, como muchos esperaban, no defraudó: Le tiró ocho ceros a los Cocodrilos de Matanzas, para encabezar el triunfo 8-0 de los Toros, que empató 1-1 este domingo la final del béisbol cubano.
Aquel lanzador que se trepó en la lomita del “Coloso del Cerro”, y traía efectividad de 9.64 durante cuatro salidas en playoffs, ahora está actuando como un consagrado. Ya era hora de recibir las joyas que nos está regalando Yosimar Cousín La Rosa, uno de los pitchers más talentosos del momento en la pelota cubana: Tiene marca de 2-0, 14 innings lanzados sin carreras permitidas y 10 strikeouts en esta postemporada.
Pero, ¿qué significa realmente esa eficaz línea de dominio? ¿Era tan especial lo que estábamos viendo? Sin duda: Cousín se convirtió en el segundo lanzador de todos los tiempos con al menos 14 entradas sin admitir limpias, 10 ponches y dos victorias consecutivas en postemporada. ¿El anterior? ¡Yadier Pedroso!
Luego de dos outs, en el inicio del octavo inning, Cousín había dominado a sus últimos 12 rivales, racha que le rompió Raico Santos con un sencillo al right. Acto seguido, Yurisbel Gracial subió al plato con el score 3-0. El MVP del Softbank de la Liga Japonesa, se había ido de 3-0: Rodado al short, ponche y elevado al right.
En todos los turnos, Cousín lo retó mezclando bolas rápidas pegadas, altas y sliders dibujados en la esquina exterior de la zona de strike. Si Gracial conseguía éxito en ese turno del octavo round, había grandes oportunidades de que Santos anotara desde la intermedia. Y, en ese hipotético caso, entonces entraría al plato Javier Camero, quien fue movido al cuarto turno tras su impresionante actuación remolcando todas las carreras del equipo en el Juego 1.
Cousín, sumaba 93 pitcheos después del doble de Santos, pero su comando y coraje para encabezar la cuenta, el mismo que lo ayudó a transitar dos tercios de este Juego 2 con apenas 74 disparos hacia la mascota del cátcher Yendry Téllez, se mantenía inquebrantable. Apenas salía del circuito de la tabla. Buscó señas, levantó el guante a la altura de su barbilla y, con su windup depurado, rápidamente montó al estelar antesalista matancero en dos strikes.
Gracial, un bateador profesional, ya acostumbrado a consumir turnos de presión, parecía enfocado en busca de una bola rápida. Entonces, ¿qué sucedió? ¿Cómo lo atacó Cousín?: Esa recta que, tal vez, Gracial estaba esperando, nunca llegó. Cousín lo hizo todo perfecto, windup, rotación de la bola y localización: Lanzó una curveball pegada, que rompió la secuencia esperada de Gracial. ¡Strikeout! ¡Cero! El octavo episodio de otra impresionante apertura de postemporada se iba a la historia.
Cousín levantó los brazos y dejó ver su número “30” en la espalda, celebrando mientras la fanaticada en el Cándido y sus compañeros quedaban sorprendidos, apreciando el show del talentoso joven de 22 años, que les devolvió la esperanza de luchar por el título a los Toros.
Después del revés 5-3 este sábado en el Juego 1, Camagüey estaba prácticamente obligado a ganar este domingo, buscando nivelar las acciones en su primera final desde hace 29 años.
Por los Cocodrilos, el veterano Noelvis Entenza refrescó la rotación con una gran apertura de 5 ⅓ innings, pero dos errores le costaron tres carreras en el mismo primer episodio. Después de un out, sencillos de Yorbis Borroto y Yoelquis Guibert se unieron con una pifia de Eduardo Blanco, quien perdió el fly de Alexander Ayala. Leslie Anderson tomó boleto intencional y otra marfilada, del seguro César Prieto —intentando girar para buscar el out forzado en la intermedia— sobre rolling de Leonel Segura, le abrió las puertas del plato a Guibert. Seguidamente, un cañonazo del novato Loidel Chapellí Jr. en su debut como titular durante esta final, subió el score 3-0.
Ahora, después de dos decisiones, la perspectiva cambia para los Toros, pues no era lo mismo viajar para jugar como visitantes tras dos derrotas. Así que, quién sabe si, al final, la joya de pitcheo de Cousín en este Juego 2, termine siendo mucho más influente de lo que parece. Esta vez, luego de una gran victoria viendo de abajo en el Juego 1, cuando anotaron rally de cuatro carreras en el inicio del lucky seven, los Cocodrilos de Matanzas no pudieron aprovechar los mínimos deslices de Cousín.
El momento decisivo de Matanzas llegó cuando Javier Camero se apuntó doble con un elevado al center, que Yoelquis Guibert perdió afectado por los rayos del sol, y luego un dead ball a Yasiel Santoya y boleto a Ariel Martínez congestionaron las almohadillas. Acertadamente, el manager de los Cocodrilos, Armando Ferrer, movió a Erisbel Arruebarrena del cuarto al octavo turno, asumiendo que su ‘slump’ de 17-1 estaba afectando demasiado la producción de carreras, pero la impredecible y caprichosa mística de este juego echó por la borda su ajuste. ¿De qué manera? En sus dos primeros turnos de esta tarde dominical—antes de irse de 3-0—, “El Grillo” entró al plato con cinco corredores en los senderos.
¿Cómo respondió el ex Dodger ante tamaño reto? Cousín lo dominó sin muchos contratiempos. Uno, dos: Lo ponchó con las bases llenas en el segundo capítulo, aplicándole un calmante de 91 mph en la zona alta, y luego lo retiró en bounce a tercera. Detrás de Arruebarrena en ese segundo inning, Eduardo Blanco también abanicó y, aunque en la cámara lenta pudo percibirse fácilmente que no pasó el bate, el umpire principal, Juan De Dios León, sacó su mano derecha decretando strike, al ritmo del slider de Cousín.
Tras ese mal momento —aunque Guibert debió atrapar el fly de Camero—, Cousín trabajó de manera impecable durante casi toda la ruta. Ponchó a seis, concedió apenas dos bases por bolas, tiró un dead ball y, si dejamos a un lado ese tambaleante segundo acto, podemos ver parte de su efecto “coraje” sobre el box: Ningún otro bateador le abrió inning embasándose.
Eso sí, vale señalar que, durante toda la tarde, Cousín fue respaldado por un magnífico trabajo de la defensa. Santiago Torres le quitó par de hits a César Prieto, primero un trueno abriendo el juego y, más tarde un toque de pelota donde que recogió a mano limpia antes de pasarle la bola al inicialista Leonel Segura, quien levantó el tiro con maestría. Loidel Chapellí devoró una lineazo al left de Yasiel Santoya y, en otra demostración excepcional de habilidad para desplazarse en el outfield, Guibert le pescó un largo fly a Camero entre right y center.
Cuando reconstruyes el cuarto inning de los Cocodrilos, asumiendo hipotéticamente que esa bola hubiese picado, Camero habría alcanzado, mínimo, dos bases. Luego vino un boleto a Jefferson Delgado y el sencillo de Ariel Martínez al center, quizás le habría dado vida a los Cocodrilos.
Sin embargo, Guibert corrió con decisión e, incluso, aunque debió estirar su guante a última hora, atrapó una pelota que en teoría era un fly del rightfielder Yamichel Flores. Esa entrega y cohesión colectiva dentro del diamante, resulta clave para que un equipo pueda ganar partidos decisivos de postemporada.
Aunque la pizarra final marcó el 8-0, no podemos olvidar que se vivió un cerrado desafío de 3-0 hasta el octavo, donde los Toros ligaron triple de Luis González —hermosa pieza, en amago de toque y bateo—, y par de dobles de Santiago Torres y Alexander Ayala, que hicieron saltar del montículo al relevista Miguel Lahera y sentenciaron a los Cocodrilos. Con la serie 1-1, el empate se romperá el próximo martes en el Juego 3. El talentoso diestro de los Toros, Yariel Rodríguez pidió la bola para enfrentarse al zurdo de los Cocodrilos, Yoanis Yera.
El MVP del juego: Yosimar Cousín, con su impresionante joya de pitcheo, lanzando ocho ceros de manera consecutiva.
¿En qué situación quedaron los perdedores?: A los Cocodrilos, le habría sido mucho más ventajoso salir con la serie 2-0 para regresar a casa, pero 1-1 es un buen resultado para jugar tres matchs en Matanzas.
El turno al bate que le dio un giro al partido: Cuando Eduardo Blanco pifió y los Toros anotaron la primera de tres carreras en el inning de apertura, válidas para decidir el juego.
LAS DECISIONES ACERTADAS Y EL MOVIMIENTO DE LOS MANAGERS
-Miguel Borroto: Era de esperar: Loidel Chapellí siguió mostrando su talento. Finalmente, Borroto confió en el posible novato del año para abrirle un puesto como titular. El toque de pelota con Santiago Torres enterró el cuarto inning. Estemos al tanto pues, en otra situación: La conservadora jugada le podría costar a Borroto.
-Armando Ferrer: Optó por Noelvis Entenza como abridor, una decisión polémica para algunos, pero el veterano respondió. La degradación de Arruebarrena hacia el octavo turno era bien razonable, pero no pudo producir: ¡béisbol!
JUGADAS PARA RECORDAR
La atrapada de Yoelquis Guibert cambió de matiz lo que parecía el segundo momento complicado de Cousín en el partido. El rostro de César Prieto, quien se ha ido de 9-0 en esta final, lo decía todo cuando Santiago Torres le quitó dos hits.
LA ESTADÍSTICA CLAVE QUE DEBERÍAS SABER
El staff camagüeyano ha limitado el 1-2-3 del lineup de Matanzas, Prieto-Santos-Gracial, quienes se han ido de 27-4 con apenas dos anotadas. Si pueden extender ese dominio, hay grandes probabilidades de que los Toros tomen ventaja en esta final.
PERSPECTIVA PARA EL JUEGO 3
El choque de ases entre Yariel Rodríguez y el zurdo Yoanis Yera le dará un interesante giro a esta final: ¿Quién saldrá delante? Esperemos. Por ahora, mantén estos números en perspectiva: A Yariel, los bateadores de Matanzas —incluyendo sus refuerzos para estos playoffs— le batearon .214 en 2019. Al zurdo yumurino, .256.
(Foto: Yosimar Cousín/Abel Rojas)