CAMAGÜEY.- ¿Cómo puede cambiar tanto un equipo de béisbol, casi con los mismos nombres, de un año a otro? ¿Encontró Borroto la varita mágica? Pues no, mucho han tenido que ver en estos resultados los doctores en ciencias de la cultura física Luciano Mesa Sánchez (L) y José Ignacio Ruiz Sánchez (J), este último vicedecano de investigaciones de la Facultad de Cultura Física de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, ellos junto a los entrenadores del deporte y el cuerpo de dirección del conjunto le han puesto ciencia a la pelota en Camagüey, detrás de cada entrenamiento hay una clave: la individualización de acuerdo con las características de cada atleta, posición y responsabilidad en la alineación.

No se trata de algo improvisado, alertan. Otra buena noticia es que es un proyecto que contempla los deportes estratégicos de la provincia, es el componente práctico de la maestría en entrenamiento deportivo para la alta competencia. Ellos tratan de no engavetar las investigaciones y de fusionar conocimientos que han sido probados en teoría y práctica con las cuestiones más novedosas de la preparación, fundamentalmente física, y sobre la base de lo que pidió el director del equipo, explotar la rapidez de la mayoría de sus jugadores, explicaron los doctores.

¿En qué se basó la preparación?

(J)—“Para garantizar esa rapidez se necesita fuerza y resistencia, pero para lograrlo hubo que cambiar métodos y medios en los diferentes momentos, antes se había hecho un trabajo de mesa donde acordamos recortar la preparación porque el campeonato es corto y no tenía sentido tantas semanas de entrenamiento. Se preparó un equipo para ganar, partiendo de que eran los mismos que por varios años estaban a la zaga. Había que cambiar. Las personas dicen que el equipo está inspirado, pero no, el equipo está motivado porque tiene una buena preparación.

El control ha sido fundamental…

(J)—Se han hecho controles sistemáticos, en el orden físico y funcional, la respuesta a las cargas de entrenamiento aplicadas es favorable. Muestra de ello es el desempeño en el orden físico que repercute en lo técnico-táctico y en lo psicológico. Durante el camino se han presentado obstáculos, pero tanto a entrenadores y atletas les hemos demostrado con argumentos científicos la necesidad de variar. Nosotros sabemos que se hizo para llevarlos hasta aquí y como mantener ese rendimiento en una segunda etapa.

“Los hemos enseñado a explotar la rapidez en las bases, partiendo de la premisa de que correr sabe todo el mundo, pero no todo el mundo sabe correr. Es un proceso que no es solo para este año, aunque a corto plazo hemos visto ya que van saliendo algunos resultados. Hemos cambiado la visión que tenían muchos de los ejercicios de fuerza en los jugadores de béisbol, cuando realmente el pelotero lo que necesita es transferir esa fuerza y convertirla en fuerza útil para cada una de las acciones de juego. Eso significa que no hay que hacerla todos los días ni tres veces a la semana, solo cuando se necesita. La forma deportiva no se puede mantener todo el tiempo que se quiere, el cuerpo no la tolera, por eso es fundamental a partir de esas señales que te da el organismo ir haciendo ajustes”

(L )—Nosotros lo controlamos todo, hasta el más mínimo detalle, durante el juego y los entrenamientos, qué controlamos no te lo puedo decir, esa es el arma secreta, porque cada organización deportiva tiene sus secretos y a partir de nuestros cálculos y apreciaciones le proponemos a la dirección del equipo para que pueda tomar decisiones. El proceso tiene que cerrarse con la evaluación, para saber por donde anda.

“El propio cuerpo te da indicios de por donde anda el resultado del pensamiento lógico del entrenador, en las condiciones de Cuba una de las herramientas que tenemos, por ejemplo, es el control diario de la frecuencia cardíaca, así como la capacidad de recuperación de esos atletas, fundamentalmente con los lanzadores. Nos faltan medios, es verdad, todo es a base de papel y lápiz, pero ahí vamos”.

Este equipo ha aprendido a remontar ¿tiene que ver en eso el entrenamiento?

(J) —La resistencia es la clave, porque es la capacidad física que mayor tiempo perdura. Su entrenamiento es monótono y por eso se cambiaron las maneras de hacer, para que fuera más atractivo, no es solo mantenerse un tiempo prolongado realizando una actividad, también hay que superarlo. Esto ha traído como resultado que el equipo haga carreras cuando los bates pesan, a finales del juego, y es que tienen una reserva funcional que les permite llegar al último tercio en condiciones de hacerlo. La preparación psicológica se afecta en tanto el atleta experimenta un déficit de preparación física o técnico-táctica.

¿Cómo les ha ido en esta experiencia práctica?

(J)—Generalmente a los profesores se nos pone el cartelito de los teóricos y con esta experiencia estamos rompiendo esquemas, aprendiendo de los entrenadores propios del deporte y ellos de nosotros. Estamos demostrando en la práctica lo que dice la teoría. Las primeras cuatro semanas fueron claves y los atletas se adaptaron al cambio, la magia es un entrenamiento pensado y centrado en lo que le hace falta a cada jugador del equipo, la individualización como principio y como premisa.

(L)— Nuestra academia siempre ha estado vinculada a la práctica, pero se nos había hecho muy difícil entrar al béisbol, desde el 2015 hicimos este proyecto, pero en aquel momento no tuvimos la misma participación que estamos teniendo ahora. Con ese equipo que clasificó nosotros iniciamos este trabajo, y no quedó allí, caminamos toda la provincia buscando talentos, pero no se logró sistematizarlo, al año siguiente ese camino avanzado se desechó. Este proyecto es más ambicioso porque busca accionar en varios deportes, boxeo, lucha, judo, béisbol. Al inicio hubo resistencia al cambio, pero ya tenemos varios profesores con el interés de matricular en el postgrado. Nosotros no estamos inventando nada, estamos aplicando la ciencia que está escrita al deporte.