CAMAGÜEY.- Los inicios de junio anuncian el fin del curso escolar en todas las enseñanzas y modalidades, ya sea para quienes iniciaron el pasado septiembre su vida escolar o se gradúan próximamente de sus estudios superiores. La Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz también tiene graduandos que culminan con éxito sus estudios por estos días.

Esta vez se trata de veinte ancianos y ancianas, de los más de treinta que acuden como seminternos al hogar Manuel Ramón Silvas y Zayas, ubicado en el parque Carlos J. Finlay, en el centro de la ciudad. Los abuelitos realizaron este jueves el acto de defensa de sus trabajos de curso, luego de dos semestres de clases en una de las siete aulas que existen en el municipio cabecera.

Los futuros graduados ya habían superado el curso básico organizado para este tipo de enseñanza y, al terminar el año académico, podrán matricular disímiles ofertas de posgrado ideadas para garantizar su formación permanente.

La Cátedra del Adulto Mayor se creó en esta provincia en el 2001 y cuenta con al menos un aula en los otros 12 municipios del territorio. Hace dos años está bajo la dirección del proyecto de investigación de la universidad local Estrategia para la intervención a las personas mayores en Camagüey. Desde entonces, se ha tratado de desarrollar un trabajo sostenido con basamento científico humanista, según aseveró a Adelante Digital la psicóloga Ana María Ramos Monteagudo, máster en Gerontología y presidenta de la cátedra en el territorio.

El proyecto, en el que también han participado estudiantes de Psicología, mantiene la estimulación cognitiva de los adultos mayores, con un enfoque intergeneracional y promoviendo el envejecimiento activo de las personas mayores, según sus capacidades físicas y psíquicas.

Las investigaciones finales versaron este año sobre temas tan variados como el manejo del estrés en la tercera edad y el pensamiento de José Martí en el ideario de Fidel Castro.

Juana Martínez Gómez, de 77 años y antigua trabajadora civil de la defensa, se encargó de coordinar la investigación de su equipo de diez integrantes. Según manifestó en la presentación de la tesina, entrevistaron al azar a varias personas para estudiar las falsas creencias que circulan sobre el estrés en la tercera y la cuarta edad. Cuáles son sus causas y cómo se puede enfrentar ese estado de tensión fueron algunas de las temáticas analizadas, a partir del estudio de los imaginarios sociales y la propuesta de cambio de actitud y de comportamiento en la convivencia familiar.

Miguel Ángel Cabrera Rodríguez, a sus experimentados 79, recomendó llevar un estilo de vida sano, promovió el uso de plantas medicinales para el alivio de las enfermedades en la vejez, y alentó a sus compañeros a no “aburrirse de la vida”.

Los que prefirieron desarrollar su investigación en el campo de las ciencias sociales, se organizaron en otro equipo coordinado por Mirta Davison Silva, quien cuenta ya con 84 años de edad. En este caso, estudiaron la evolución del pensamiento de Fidel Castro desde que realizara el famoso alegato de La historia me absolverá en 1953, hasta su período de lucha en la Sierra Maestra, justo antes del triunfo del 1 de enero de 1959. El objetivo era destacar la influencia del ideario de José Martí en el líder histórico de la Revolución cubana, y cómo esas ideas influenciaron los cambios sociopolíticos, económicos y culturales de la Cuba de la década de 1960.

La octogenaria maestra retirada Clara González Álvarez, miembro de este equipo, aprovechó la oportunidad para recordar aquellos lejanos años, en los que ella combatió en la clandestinidad contra la dictadura de Fulgencio Batista y luego participó en la Campaña de Alfabetización. “Martí dijo que ser cultos es el único modo de ser libres: ahora somos cultos y libres, gracias a Fidel”, aseveró.

Ahora, a estos estudiantes solo les falta recibir sus diplomas, y lo harán en el mes de julio, junto a los cientos de jóvenes de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz que se graduarán de licenciados, ingenieros y arquitectos. Los gerontes más destacados esperan con afán ese día porque, según afirman, podrán recibir sus títulos de manos del rector de esa institución superior.

También disfrutarán del receso docente, ya que el próximo curso de su Cátedra no inicia hasta el 1 de octubre, jornada instituida por la Organización de las Naciones Unidas como el Día Internacional del Adulto Mayor.

Claro que las “clases” y las “vacaciones” no son vividas igual por ellos que por los demás educandos camagüeyanos. Los experimentados alumnos de esta aula del hogar de ancianos del parque Finlay tienen todos más de 70 años de edad. Y algunos frisan los 100. Como Oliva Silot Guzmán, originaria de Baracoa y residente en esta ciudad desde que se jubiló. “Estoy luchando todos los días contra la muerte”, me comentó con una amplia sonrisa cuando supo que me iba. “Bueno, yo creo que usted le está ganando”, le dije antes de despedirme.