El artista representó a un niño asiático con un sombrero de yarey, elemento caribeño, a partir de su estancia en aquella nación, tan ligada su identidad como uno de los componentes esenciales del mestizaje cultural de Cuba.

La pieza realizada en el 2014 con acrílico sobre lienzo, tiene dimensiones de 110 por 150 centímetros, y pertenece a la serie Be One, que incluye retratos de mujeres, hombres y ancianos, personajes comunes de aquel país oriental.

“Me conmovieron mucho los rostros cotidianos, la arquitectura, la comida y sus intenciones, y en sentido general la cultura de una nación que siento muy cercana, debido a los vínculos de nuestros dos países, a los frutos de la transculturación”, comentó Chuli Herrera a Adelante digital.

La exposición personal Be One fue exhibida el pasado año en el Latin American and Caribbean Center, de Beijing; y aunque no ha sido presentada en su conjunto en Cuba, varias piezas fueron apreciadas en el Salón de la Ciudad de Camagüey.

El pintor y profesor Joel Jover aseguró que “se cierra el círculo. Un cubano va a China, y como en sueño rememora aquellas imágenes imprescindibles de nuestro paisaje, regresa el sombrero de yarey, símbolo por excelencia de cubanía a la cabeza de estas personas, quién sabe si descendientes de aquellos chinos que algún día llegaron a nuestra Isla a cultivar nuestras verduras que adobaron nuestra mesa, siempre debajo de su cubanísimo sombrero de yarey”.

En la laboriosidad de Chuli Herrera, formado como instructor de arte, se advierte un vertiginoso ascenso, con obras eficientes en cuanto al contenido y al concepto, por lo que va fijando un estilo entre los jóvenes creadores cubanos que buscan visibilidad internacional.

En los últimos años, este joven ha despuntado en el panorama de la visualidad con propuestas interactivas como el Proyecto Cielo, con el que recientemente participó en la 12a Bienal de La Habana, y mereció el Premio único del XXVIII Salón de las Artes Visuales Fidelio Ponce, de Camagüey, en el 2013.

Miembro de la Asociación Hermanos Saíz, este camagüeyano acaba de participar en una muestra colectiva en la Galería de la Biblioteca San Javier, Medellín, Colombia; y obras suyas han integrado proyectos curatoriales en Estados Unidos y China.

Cuadros integraron su primera muestra personal, Memoria de una versatilidad contemporánea, inaugurada aquí en el espacio galerístico alternativo Nicolás Guillén, del periódico Adelante, en el 2009.

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